Al contratar un seguro de salud privado, no estamos intentando reemplazar ni mucho menos el sistema de salud público que, con todas sus carencias y trabas (que tiene muchas, dicho sea de paso) es una de las protecciones que nos ofrece PAPA ESTADO a los españoles y a las personas que residen en este país y que lo necesiten. Lo único que buscamos los que ya hemos contratado este tipo de seguro es obtener ciertas ventajas para nosotros mismos y por supuesto, para los nuestros. Reducir el tiempo de espera sobre todo para ser atendido por un especialista, para una prueba diagnóstica y ya no digamos para una intervención quirúrgica si no es de importancia vital. Por desgracia las listas públicas están colapsadas y más con la situación que estamos viviendo. Elección del especialista deseado y centro médico. Entre un amplio abanico de posibilidades, podremos elegir que centro y que especialista queremos que nos atienda, incluso en algunas modalidades tendremos total libertad de elección. Con el seguro de salud privado en las mayorías de las ocasiones no es necesario acudir primero al médico de cabecera, sino que podemos acudir directamente al especialista con lo que también acortamos tiempos de espera. Hospitalización e intervenciones quirúrgicas. En el caso de la hospitalización, la tranquilidad que da tener a tu disposición en esos momentos una habitación individual, con cama de acompañante y baño privado es toda una ventaja a tener en cuenta ante la incomodidad de las habitaciones compartidas de la sanidad pública. La medicina preventiva que la mayoría de las compañías nos ofrecen no está disponible en la sanidad pública que bastante tiene en atendernos cuando la necesidad ya existe. En definitiva, la necesidad de complementar la sanidad pública con los servicios y ventajas que ofrece la sanidad privada no es más que mejorar nuestra calidad de vida y la de los nuestros y, por desgracia, nos damos cuenta cuando ya ha aparecido la enfermedad y es demasiado tarde para contratarlo.